KYIV/MARIUPOL, Ucrania, 18 de mayo (Reuters) - Finlandia y Suecia solicitaron formalmente el miércoles su ingreso en la OTAN, impulsados por la invasión rusa de Ucrania y desencadenando uno de los cambios más significativos en la arquitectura de seguridad europea en décadas.
Las solicitudes llegaron después de que más de 250 combatientes ucranianos se rindieran a las fuerzas rusas en la planta siderúrgica de Azovstal, en Mariupol, tras semanas de resistencia, poniendo fin al asedio más devastador de la guerra de Rusia en Ucrania.
Finlandia y Suecia fueron neutrales durante la Guerra Fría y su decisión de ingresar en la OTAN refleja el cambio radical que se ha producido en la opinión pública de la región nórdica desde la invasión rusa del 24 de febrero.
También supone una ampliación de la alianza occidental que el Presidente ruso Vladimir Putin invocó durante mucho tiempo como una de las principales justificaciones para ordenar su "operación militar especial" en Ucrania en febrero.
"Este es un momento histórico, que debemos aprovechar", declaró el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, en una ceremonia en la que los embajadores sueco y finlandés ante la Alianza entregaron sus cartas de solicitud.
La ratificación de los 30 parlamentos aliados podría tardar hasta un año, según los diplomáticos.
Turquía ha sorprendido a sus aliados en los últimos días al manifestar que tenía reservas sobre los nuevos posibles miembros, pero Stoltenberg dijo que pensaba que los problemas podrían superarse.
Ankara ha dicho que quiere que los países nórdicos dejen de apoyar a los grupos militantes kurdos presentes en su territorio y levanten las prohibiciones sobre algunas ventas de armas a Turquía.
El Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recibirá el jueves en la Casa Blanca a los líderes de Suecia y Finlandia para hablar de las solicitudes, según informó la Casa Blanca. Seguir leyendo
Después de semanas en las que Rusia amenazó con tomar represalias contra los planes de la OTAN, Putin pareció ceder bruscamente, diciendo en un discurso el lunes que Rusia no tenía "ningún problema" con Finlandia ni con Suecia, y que su ingreso en la OTAN no sería un problema a menos que la alianza enviara allí más tropas o armas.
La rendición de la planta siderúrgica de Mariupol permitió a Putin adjudicarse una rara victoria en una campaña que, según muchos analistas militares, se ha estancado. Seguir leyendo
Aunque ambas partes hablaron de un acuerdo en virtud del cual todas las tropas ucranianas abandonarían la acería, aún no se habían hecho públicos muchos detalles, como cuántos combatientes permanecían aún en su interior y si se había acordado algún tipo de canje de prisioneros.
POSIBLE INTERCAMBIO DE PRISIONEROS
Los autobuses salieron de la acería a última hora del lunes en un convoy escoltado por vehículos blindados rusos. Cinco de ellos llegaron a la ciudad de Novoazovsk, controlada por Rusia, donde, según Moscú, se atendería a los combatientes heridos.
Siete autobuses con combatientes ucranianos de la guarnición de Azovstal llegaron a una prisión recién reabierta en la ciudad de Olenivka, cerca de Donetsk y controlada por Rusia, dijo un testigo de Reuters.
Rusia declaró que al menos 256 combatientes ucranianos habían "depuesto las armas y se habían rendido", entre ellos 51 gravemente heridos. Ucrania dijo que 264 soldados, entre ellos 53 heridos, se habían marchado.
Un vídeo del Ministerio de Defensa ruso mostraba a combatientes abandonando la planta, algunos llevados en camillas, otros con las manos en alto para ser registrados por las tropas rusas.
Había algunas mujeres a bordo de al menos uno de los autobuses en Olenivka, según mostró el vídeo de Reuters.
El Kremlin dijo que Putin había garantizado personalmente que los prisioneros serían tratados de acuerdo con las normas internacionales, y funcionarios ucranianos dijeron que podrían ser intercambiados por cautivos rusos.
El viceprimer ministro ucraniano, Iryna Vereshchuk, declaró que Kiev pretendía organizar un canje de prisioneros por los heridos una vez que su estado se estabilizara.
El embajador adjunto ruso ante las Naciones Unidas, Dmitry Polyansky, dijo que no había habido acuerdo, tuiteando: "No sabía que el inglés tuviera tantas formas de expresar un mismo mensaje: los #Azovnazis se han rendido incondicionalmente".
La agencia de noticias TASS informó de que un comité ruso tenía previsto interrogar a los soldados, muchos de ellos miembros del Batallón Azov, en el marco de una investigación sobre lo que Moscú califica de "crímenes del régimen ucraniano".
Los combatientes del Regimiento Azov son venerados como héroes en Ucrania, pero vilipendiados por el Kremlin como una banda de neonazis que odian a Rusia.
Destacados legisladores rusos se pronunciaron en contra de cualquier canje de prisioneros. Leonid Slutsky, uno de los negociadores rusos en las conversaciones con Ucrania, calificó a los combatientes evacuados de "animales con forma humana" y dijo que debían ser ejecutados.
Formado en 2014 como una milicia de voluntarios de extrema derecha para luchar contra los separatistas apoyados por Rusia, el Regimiento Azov niega ser fascista o neonazi. Ucrania afirma que ha sido reformado e integrado en la Guardia Nacional.
BATALLA POR DONBÁS
La batalla de Mariupol es la mayor victoria de Rusia desde su invasión, que le da el control de la costa del mar de Azov y de una franja ininterrumpida del este y el sur de Ucrania. Pero el puerto está en ruinas y Ucrania cree que decenas de miles de personas murieron durante meses de bombardeos rusos.
La ofensiva rusa en el este, por su parte, parece avanzar poco, aunque el Kremlin afirma que se alcanzarán todos sus objetivos en su intento de "desmilitarizar" Ucrania.
El mando militar ucraniano afirmó que Rusia siguió bombardeando el miércoles posiciones ucranianas a lo largo de toda la línea del frente en el este.
"En la dirección de Kharkiv, el enemigo se centró en mantener sus posiciones e impedir el avance de nuestras tropas", declaró el Estado Mayor ucraniano en un comunicado.
Alrededor de un tercio del Donbás estaba en manos de los separatistas apoyados por Rusia antes de la invasión. Moscú controla ahora alrededor del 90% de la región de Luhansk, pero no ha logrado hacer grandes incursiones hacia las ciudades clave de Sloviansk y Kramatorsk, en Donetsk, para extender el control a todo el Donbás.
Las fuerzas ucranianas han avanzado a su ritmo más rápido en más de un mes, expulsando a las fuerzas rusas de los alrededores de Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania.
Ucrania afirma que sus fuerzas han alcanzado la frontera rusa, 40 km al norte de Kharkiv. También han avanzado al menos hasta el río Siverskiy Donets, 40 km al este, donde podrían amenazar las líneas de suministro rusas.
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